sábado, noviembre 03, 2012

CANNAS

     

      En   " Escenas después de la batalla " . Libro XXII.52.  LA SEGUNDA GUERRA PÚNICA -
                                                                TITO LIVIO-


         " ... a algunos encontraron tendidos incluso vivos con los muslos y corvas cortados ofreciendo la cerviz y el cuello e invitando a que le sacaran el resto de la sangre; se encontraron a algunos con la cabeza metida bajo tierra, pareciendo que habían sido ellos mismos quienes habían cavado fosas y metiendo la cara se habían echado tierra encima para cortarse la respiración. Atrajo especialmente a todos un númida vivo quitado de debajo de un romano muerto echado encima con la nariz y las orejas cortadas, pues al tener las manos inútiles para coger el dardo, convirtió su ira en rabia y expiró despedazando al enemigo con los dientes. "
 ( Manejando la edición de Alianza editorial- Clásicos de Grecia y Roma, ed de Juan Fernández Valverde y Antonio Ramírez de Verger, concretamente, pags.236-237. - La cursiva es mía).

       Pues nada. Me gustaría que alguien pudiera aclarar con más nitidez la bucólica escena. Sobretodo la curiosa relación que pudiera existir entre las narices y orejas cortadas con el despedazamiento mediante mordiscos. En principio, interpreto al negro , debajo -  desarmado de artificial objeto -, dotado sin embargo de tan fenomenales armas naturales, que haciendo un buen uso de ellas - raudas , furiosas y hábiles dentelladas - le permiten trocear  al menos en parte al desventurado romano - ya muerto, supongo- que yacía encima del mastodonte africano.
 Pero no queda muy claro quien estaba vivo y quien muerto, así como tampoco acaba de aclararse quien estaba encima y quien debajo , ni tampoco, en fin, de quien eran las orejas, narices, dientes o dardos ni tampoco en que medida estaban ausentes de sus correspondientes cuerpos...


                                      

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo: nariz y orejas eran romanas.

    ResponderEliminar
  2. Duda despejada y cielo claro: era el Quirite, ciudadano de Roma, quien a punto de exhalar el último suspiro y viéndose desprovisto de toda arma a su alcance la emprendió a mordiscos con el negroide que taponaba. Los órganos referidos eran pues, sí, del Númida.

    ResponderEliminar

Seguidores

Datos personales

Mi foto
Ocho caracteres.